Oraciones y Reflexiones

La oración

A veces no nos damos cuenta de lo importante que es orar.  Queremos sentir a Dios muy cerca, dicen que así es más fácil ser bueno, es más fácil vivir sereno, contento, confiado. Sin embargo, la verdad no sabemos bien ¿Qué es orar? ¿Cómo se ora? ¿Para qué se ora?

¿ QUÉ ES LA ORACIÓN ?

  • La ORACIÓN es elevar el alma a Dios.
  • Orar es escuchar a Dios y sentir su presencia en lo mas profundo de nuestro ser.
  • Orar es platicar con Dios.

LA VIDA DE ORACIÓN: 

La vida de oración es estar siempre en presencia de Dios.                                       

¿Qué significa esto ? Significa que ORAR, es estar convencido que Dios está contigo y que te está mirando, hagas lo que hagas (trabajar, descansar, estar en familia, comer, sufrir, divertirte...).

Tú puedes desde tu corazón platicarle lo que sientes en cada momento. Él te escucha.

¿ Y QUÉ LE DIGO A DIOS ?

Puedes hacer peticiones:

Puedes pedir cosas espirituales como por ejemplo, que te ayude a vencer un defecto, que te ayude a acercarte más a Él, que te ayude a rezar mejor ...

Puedes pedir perdón, cuando has pecado. Dile a Dios que te sientes mal, que te duele haberlo ofendido a Él que es tan bueno contigo.

Puedes hacer intercesiones:

Intercesión es cuando le pides a Dios algo no para ti, sino a favor de otro, quienquiera que sea.

Pide, pide mucho a Dios por otros: por tu esposo/a , por tus hijos, por tu familia, por los enfermos, por los que sufren, por los que viven alejados de Dios, por el Papa, por la Iglesia, por tu país... No te canses de pedir por otros.

PUEDES DAR ACCIÓN DE GRACIAS

Es cuando le dices a Dios "Gracias" por algo.

Dale gracias a Dios porque te ama, porque te ha creado, por permitirte vivir otro día, por el sol que te ilumina y te calienta, por la lluvia, por el amor de tu familia, por el trabajo que te permite llevar alimento a los tuyos, por la salud, por la alegría, por la paz.

Dale también gracias por la enfermedad, por la tristeza, por esa prueba que te ha costado pero que te ha acercado a Él, por ese negocio que no te salió bien.

Dale gracias por ser tan bueno y perdonarte una y otra vez tus mismas ofensas

¿ Y QUÉ LE OFREZCO ? 

También puedes decirle a Dios que le ofreces algo que te cuesta trabajo como regalo para Él porque lo amas.

Ofrécele no volver a hacer lo que sabes que le ofende; ofrécele hacer ese sacrificio que tanto te cuesta pero que a Él le gustaría que hicieras.

El ofrecer estos pequeños regalos a Dios, muchas veces es el modo más bello de decirle: "Señor, yo te amo" con obras y no sólo con palabras.

¿ Y CÓMO ESCUCHO A DIOS ? 

La BIBLIA es la Escritura Sagrada, es el libro donde está escrito lo que Dios ha querido decir a los hombres a lo largo de miles de años.

Está escrita también la vida de Jesús y todo lo que Él quiso enseñarnos.

Orar es platicar con Dios: "A Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras".

Si tienes una Biblia, trata todas las noches de leer un pedacito para escuchar a Dios. Si no tienes una Biblia en tu casa, haz un esfuerzo por conseguir una.

¿ CÓMO ORABA JESÚS ?

Es de Jesús de quien podemos aprender "cómo orar". Él es el modelo perfecto.

  • Jesús, con su corazón de hombre, aprendió a orar de su Madre: la Virgen María. Aquí vemos que el padre y la madre son los que deben enseñar a sus hijos a orar, a platicar con Dios desde pequeños. Enseñar a orar es más importante que muchas otras cosas, pues orar les servirá toda la vida, en su camino a la salvación. 
  • Jesús ora antes de los momentos importantes de su vida: antes de su bautismo antes de escoger a sus apóstoles, antes de su pasión. Tú debes orar cuando haces las cosas de todos los días, pero más aún antes de empezar algo que es importante para ti.
  • Jesús se retira al silencio, le gusta estar solo para orar. Así tú también, cuando quieras orar, no trates de hacerlo en el ruido, pensando o haciendo otras cosas; busca un momento tú solo y en el silencio. ¿ Por qué no pasas un momentito a la Iglesia ?
  • Jesús dice: "si puedes Padre, aparta esto de mí, pero hágase tu voluntad y no la mía". Tú puedes pedir lo que quieras a Dios (que te ayude a conseguir un bien, o que aparte de ti un mal), pero al final siempre debes decirle que se haga su voluntad y no la tuya.
  • Jesús ora con confianza de ser escuchado. Tú, cuando ores, confía en que Dios de verdad te escucha y te dará lo que sea bueno para ti.

Que pensaban los Santos acerca de la oración

Hay grandes maestros que han escrito sobre la oración. En ellos podemos inspirarnos para llevar una vida de fe profunda y adecuada a nuestro corazón que ama a Dios.

Por ejemplo, San Francisco de Sales, en su importante obra de título "Introducción a la vida devota" nos dice, en la Segunda parte de la Introducción (Capítulo I):

La oración al llevar nuestro entendimiento hacia las claridades de la luz divina y al inflamar nuestra voluntad en el fuego del amor celestial, purifica nuestro entendimiento de sus ignorancias, y nuestra voluntad de sus depravados afectos; es el agua de bendición que, con su riego, hace reverdecer y florecer las plantas de nuestros buenos deseos, lava nuestras almas de sus imperfecciones y apaga en nuestros corazones la sed de las pasiones.

También podemos traer aquí lo dicho por Santa Teresa de Jesús. Es bien cierto que los escritos de la Doctora de la Iglesia (El 27 de septiembre de 1970 Pablo VI le reconoció este título), nacida en Ávila hacen especial hincapié en el espíritu de oración, en cómo practicarlo y, sobre todo, en los frutos que produce una buena práctica orante. Es más, teniendo en cuenta el tiempo que le tocó vivir y la labor que desempeñó en lo tocante a la fundación de conventos, tal espíritu de oración (que reflejan sus obras escritas) muestra el propio vigor de la santa y, más que nada, su capacidad de recogimiento.

Pues bien, en las "Moradas del castillo interior" (Moradas Primeras, capítulo 1, 7) dice esto:

Porque, a cuanto yo puedo entender, la puerta para entrar en este castillo es la oración y consideración, no digo más mental que vocal, que como sea oración ha de ser con consideración; porque la que no advierte con quién habla y lo que pide y quién es quien pide y a quién, no la llamo yo oración, aunque mucho menee los labios; porque aunque algunas veces sí será, aunque no lleve este cuidado, mas es habiéndole llevado otras.

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